miércoles, 17 de julio de 2013

MARCO TEÓRICO
PARA LA CORRECCIÓN
«Debemos pasar de la corrección de
secretaria a la corrección entre compañeros.»
Frank Smith
Los papeles de maestro y alumno

La tradición escolar ha forjado a través de los años un perfil sólido de cómo deben ser un maestro y un alumno dentro del aula. Este perfil o conjunto de atributos determina la actitud, los comportamientos y la forma de trabajar de ambos sujetos: qué hace cada uno, de qué manera, cómo se hablan, dónde se sitúan... Los maestros hemos estado aprendiendo nuestro papel de forma subconsciente desde pequeños, primero en nuestra infancia como alumnos y después como profesionales de la enseñanza. Nuestros alumnos adquieren el suyo del mismo modo y llegan a nuestras aulas con la lección bien aprendida. Y también los padres y el resto de la sociedad los conocen, porque todos han pasado por la escuela y, en consecuencia, los han vivido en sus carnes. Todos saben qué deben hacer maestros y alumnos. Cada uno sabemos cuál es nuestro lugar.
En la relación maestro-alumno, la balanza de autoridad y confianza varía radicalmente. Los maestros leemos las redacciones escolares sabiendo que habrá errores y casi buscándolos. Pocas veces renunciamos a nuestra autoridad de maestros para aprender de lo que los alumnos escriben o quieren escribir, para entenderlos y ayudarles a saber decirlo. Simplemente, tachamos las faltas que han cometido y adjuntamos la solución correcta al lado. ¡ Qué frustran te para alguien que está descubriendo el poder de la palabra escrita! Los alumnos saben que serán juzgados de este modo y escriben con temor; saben que no se les otorga ninguna confianza: escriben una hoja justa y basta, buscan palabras fáciles para no cometer errores, repiten las mismas ideas, no se arriesgan a discutirle a la autoridad. Se saben condenados a cometer errores de antemano, antes de empezar a escribir. parece a la corrección de secretaria, porque sólo se preocupa de la forma. Efectivamente, cuando alguien corrige un escrito mecanografiado por la secretaria -¡o por el secretario!- se concreta exclusivamente en los aspectos formales, porque, como el texto ha sido dictado por otra persona, son los únicos que pueden ser enmendados.En cambio, la corrección procesal se parece más a la corrección entre compañeros. Cuando dejamos leer un texto a un compañero para que lo revise y sugiera mejoras, esperamos que se fije sobre todo en el contenido: que diga en qué está de acuerdo y en qué no, que nos indique los puntos poco claros, las ideas mal argumentadas.

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